Soñar con la abundancia,
retornar al paraíso
ofrendando tributos
al alma erosionada
del abuso de los regalos de Gaia.
Hacer las paces
con las piedras, las plantas, los animales,
uno a uno, pausadamente recordando
la evolución de Darwin.
Equilibrar el abuso de los recursos naturales
con el vecino que nos toca en el karma.
Comprender por qué
nos abren caminos sin avisarnos en nuestra tierra
y convertirlos en un arroyo de arte
plantando nuestros ideales.
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