Permanecer en la eternidad del AMOR.
Sólo la libertad los hará libres.
SÓLO LA LIBERTAD LOS HARÁ LIBRES.
sábado, 29 de enero de 2011
El tren de la vida.
Un día, leí un libro que comparaba la vida con un viaje en tren.
SALIDA: Cada segundo...
LLEGADA: Nunca lo sabrás...
DESTINO: ¡LA VIDA!
Una comparación extremadamente interesante cuando es bien interpretada.
Interesante, porque nuestra vida es como un viaje en tren, llena de embarques y desembarques, de pequeños accidentes en el camino, de sorpresas agradables, con algunas subidas alegres y bajadas tristes, con momentos de mucho ruido y con silencios absolutos.
Cuando nacemos y subimos al tren, encontramos dos personas queridas, que nos harán conocer el viaje hasta el fin: "nuestros padres". Y junto a ellos en los demás asientos del vagón están nuestros seres queridos: nuestros abuelos, tíos, primos, hermanos, padrinos.
Muchos de ellos bajarán antes que nosotros, pero sabemos que algún día también nosotros bajaremos para llegar a la estación esperada.
Pero a pesar de esto, nuestro viaje deberá continuar...
Conoceremos otras interesantes personas durante la larga travesía, entre ellos nuestros hermanos, hijos, amigos y amores.
Muchos de ellos solo realizarán un corto paseo, otros estarán siempre a nuestro lado, compartiendo alegrías y tristezas.
En el tren, también viajarán personas que andarán de vagón en vagón para ayudar a quien lo necesite.
A veces, es curioso ver como algunos pasajeros a los que queremos deciden sentarse alejados de nosotros, en otros vagones...
Muchos se bajarán y dejarán recuerdos inborrables... Otros, en cambio, viajarán ocupando asientos, sin que nadie perciba que están allí sentados... Eso nos lleva a realizar el viaje distante a a ellos.
Pero eso no nos impedirá, aunque tal vez con alguna dificultad, acercarnos a ellos.
Lo difícil es aceptar que, a pesar de estar cerca... No podremos sentarnos juntos, pues muchas veces otras son las personas que los acompañan.
Este viaje es así, lleno de atropellos, sueños, fantasías, esperas, llegadas y partidas.
Sabemos que este tren solo realiza un viaje, el de ida...
El desafío, entonces, es viajar lo mejor posible, intentando tener una buena relación con todos los pasajeros, procurando lo mejor de cada uno de ellos, recordando siempre que, en algún momento del viaje, alguien puede perder sus fuerzas y deberemos entender eso.
A nosotros también nos ocurrirá lo mismo y seguramente alguien nos entenderá y ayudará...
El gran misterio de este viaje es que no sabemos en cual estación nos tocará descender.
En un instante pienso: cuando tenga que bajarme del tren, ¿sentiré añoranzas?
Mi respuesta es SÍ; dejar a mis hijos viajando solos será muy triste...
Separarme de los amores de mi vida será doloroso.
Pero tengo la esperanza que en algún momento nos volveremos a encontrar en la estación principal y tendré la emoción de verlos llegar con mucha más experiencia de la que tenían al iniciar el viaje.
Seré feliz al pensar que en algo pude colaborar para que ellos hayan crecido como buenas personas, como lo hicieron conmigo.
Ahora, en este momento, el tren disminuye la velocidad para que suban y bajen personas.
Mi emoción aumenta a medida que el tren va parando...
¿Quién subirá? ¿Quién será? ¿Cómo cambiará la dinámica del vagón?
Saber vivir es poder ofrecer lo mejor a todos los pasajeros...
Agradezco a Dios, porque estamos compartiendo este viaje y, a pesar de que a veces nuestros asientos no estén juntos, con seguridad el vagón en el que vamos y el maquinista son los mismos, nosotros no lo sabemos, pero el maquinista sabe hacia donde nos dirigimos, y en qué momento haremos cada parada.
A tí, que compartes estos minutos, GRACIAS, y que tengas un BUEN VIAJE...
SALIDA: Cada segundo...
LLEGADA: Nunca lo sabrás...
DESTINO: ¡LA VIDA!
Una comparación extremadamente interesante cuando es bien interpretada.
Interesante, porque nuestra vida es como un viaje en tren, llena de embarques y desembarques, de pequeños accidentes en el camino, de sorpresas agradables, con algunas subidas alegres y bajadas tristes, con momentos de mucho ruido y con silencios absolutos.
Cuando nacemos y subimos al tren, encontramos dos personas queridas, que nos harán conocer el viaje hasta el fin: "nuestros padres". Y junto a ellos en los demás asientos del vagón están nuestros seres queridos: nuestros abuelos, tíos, primos, hermanos, padrinos.
Muchos de ellos bajarán antes que nosotros, pero sabemos que algún día también nosotros bajaremos para llegar a la estación esperada.
Pero a pesar de esto, nuestro viaje deberá continuar...
Conoceremos otras interesantes personas durante la larga travesía, entre ellos nuestros hermanos, hijos, amigos y amores.
Muchos de ellos solo realizarán un corto paseo, otros estarán siempre a nuestro lado, compartiendo alegrías y tristezas.
En el tren, también viajarán personas que andarán de vagón en vagón para ayudar a quien lo necesite.
A veces, es curioso ver como algunos pasajeros a los que queremos deciden sentarse alejados de nosotros, en otros vagones...
Muchos se bajarán y dejarán recuerdos inborrables... Otros, en cambio, viajarán ocupando asientos, sin que nadie perciba que están allí sentados... Eso nos lleva a realizar el viaje distante a a ellos.
Pero eso no nos impedirá, aunque tal vez con alguna dificultad, acercarnos a ellos.
Lo difícil es aceptar que, a pesar de estar cerca... No podremos sentarnos juntos, pues muchas veces otras son las personas que los acompañan.
Este viaje es así, lleno de atropellos, sueños, fantasías, esperas, llegadas y partidas.
Sabemos que este tren solo realiza un viaje, el de ida...
El desafío, entonces, es viajar lo mejor posible, intentando tener una buena relación con todos los pasajeros, procurando lo mejor de cada uno de ellos, recordando siempre que, en algún momento del viaje, alguien puede perder sus fuerzas y deberemos entender eso.
A nosotros también nos ocurrirá lo mismo y seguramente alguien nos entenderá y ayudará...
El gran misterio de este viaje es que no sabemos en cual estación nos tocará descender.
En un instante pienso: cuando tenga que bajarme del tren, ¿sentiré añoranzas?
Mi respuesta es SÍ; dejar a mis hijos viajando solos será muy triste...
Separarme de los amores de mi vida será doloroso.
Pero tengo la esperanza que en algún momento nos volveremos a encontrar en la estación principal y tendré la emoción de verlos llegar con mucha más experiencia de la que tenían al iniciar el viaje.
Seré feliz al pensar que en algo pude colaborar para que ellos hayan crecido como buenas personas, como lo hicieron conmigo.
Ahora, en este momento, el tren disminuye la velocidad para que suban y bajen personas.
Mi emoción aumenta a medida que el tren va parando...
¿Quién subirá? ¿Quién será? ¿Cómo cambiará la dinámica del vagón?
Saber vivir es poder ofrecer lo mejor a todos los pasajeros...
Agradezco a Dios, porque estamos compartiendo este viaje y, a pesar de que a veces nuestros asientos no estén juntos, con seguridad el vagón en el que vamos y el maquinista son los mismos, nosotros no lo sabemos, pero el maquinista sabe hacia donde nos dirigimos, y en qué momento haremos cada parada.
A tí, que compartes estos minutos, GRACIAS, y que tengas un BUEN VIAJE...
Bendición irlandesa
-
Que la tierra se vaya haciendo
-
camino ante tus pasos,
-
que el viento sople
-
siempre a tus espaldas,
-
que el sol brille cálido
-
sobre tu rostro,
-
que la lluvia caiga suavemente
-
sobre tus campos
-
y hasta tanto volvamos
-
a encontrarnos, Dios te guarde
-
en la palma de su mano.
Que la tierra se vaya haciendo
-
camino ante tus pasos,
-
que el viento sople
-
siempre a tus espaldas,
-
que el sol brille cálido
-
sobre tu rostro,
-
que la lluvia caiga suavemente
-
sobre tus campos
-
y hasta tanto volvamos
-
a encontrarnos, Dios te guarde
-
en la palma de su mano.
24 cosas para recordar siempre y una sola para nunca olvidar.
Tu presencia es un regalo para el mundo.
Eres una persona única en un millón.
Tu vida puede ser como tú quieres que sea.
Vive cada día con intensidad.
Cuenta tus alegrías, no tus desdichas.
Lucharás contra la adversidad que se presente.
Dentro tuyo hay infinitas respuestas.
Comprende, ten coraje, sé fuerte.
No te impongas límites.
¡Hay tantos sueños que esperan ser realizados!
Las decisiones son demasiado importantes para librarlas al azar.
Lucha por tu ideal, tu sueño, tu premio.
No hay nada tan desgastante como las preocupaciones.
Mientras más carguemos con un problema, más pesado se hace.
No te tomes las cosas con tanta seriedad.
Vive una vida de serenidad, no de lamentos.
Recuerda que un poco de amor recorre un largo camino.
Recuerda que mucho... es para siempre.
Recuerda que la amistad es una sabia inversión.
Los tesoros de la vida son las personas... unidas.
Nunca es tarde.
Transforma lo cotidiano en extraordinario.
Ten salud, esperanza y felicidad.
Pídele un deseo a una estrella.
Y jamás olvides...
Ni siquiera por un día... cuán especial eres.
"Por eso deberías afanarte en tener amor hacia aquellos que te hacen difícil la vida. Según el amor serás un día juzgado ó perdonado, porque sin este amor eres nada ante Dios; y todo obrar, creer o sacrificarte es en balde si no hay amor."Somos creados y redimidos para que seamos transformados en la imagen de Dios, la imagen de su amor. No pierdas de vista este objetivo de tu vida."¡Reconcíliate! ¡No estés nunca enemistado con ninguna persona! Ve a aquél contra el cual tienes algo en el corazón, o él contra ti, y deja que venga el amor. ¡Aquí empieza el Reino de los cielos!"
Basilea Schilnk.
Basilea Schilnk.
viernes, 14 de enero de 2011
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